No estoy aquí para demostrarte nada.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Decepcionada

Te enseñaron a caminar sin saber a dónde ir. Siempre te han intentado enseñar la misma lección que nunca has querido aprender. No aprendes que la gente sí que puede ser mala, no aprendes que la gente no dará por ti lo que tú estás dispuesta a dar, no aprendes que el amor no es fácil. No aprendes que luchar por una persona no sirve de nada. Se desgastó y no lo entiendes.

No importan tus intenciones sino lo que se ve. ¿Para quién intentabas ser perfecta? Llevo toda la vida luchando entre lo que quieren que sea y lo que quiero ser. Soy alguien que ama, que ama de forma incondicional. Soy alguien que admira a los demás. Soy alguien que ama el deporte, que le encanta bailar, que le gusta hacer cosas por los demás, que odia las injusticias, que no está a favor de la violencia. Soy alguien a quien le encanta caminar, alguien que no necesitaba lo material, soy alguien a quien han intentado imponer ideas. Soy alguien a quien abatieron. Me han hecho perderme, me he perdido en toda la gente que he querido. Siempre he sentido que me abandonan, no me gusta que la gente se vaya. Siempre deseo que me perdonen, porque yo tengo una gran capacidad de perdón. En ese sentido he buscado que hagan conmigo, lo que yo hago por ellos. Soy alguien feliz, que da buena vibra, soy mis defectos y mis virtudes. Soy imparable, soy impulsiva, soy cariñosa, soy fuerte, soy grande.

Me he pasado la vida intentando ser perfecta, intentando encajar. intentando que me quieran. Me dijeron que era demasiado perfeccionista y empecé a ser menos organizada. Me dijeron que solo sabía hablar de estudios y repartí mi tiempo. Me decían que mi forma arrolladora de ser les daba vergüenza e intenté ser menos llamativa. Cada vez que se iba alguien me culpaba, sentía que todo lo había hecho mal yo. Pedía perdón aunque a veces no supiera ni por qué. Me he descuidado mucho. Yo no soy la culpable de todo.

Soy muchas cosas buenas, aunque hayan conseguido que piense que solo soy mala. Hay poca gente que me valore de verdad. Me he dejado perder una y otra vez. Me he dejado dañar, me he dejado la piel por los demás. Los he puesto por delante, pensando que valen más que yo. Por intentar ser buena, por querer desenfrenadamente lo mejor para el resto, he descuidado a la persona más importante. Me he descuidado a mí. No soy la más Santa aquí, yo me equivoco. Pero nunca daño con intención. No soy ángel, pero tampoco soy la peor mierda del mundo.

Me ha costado 21 años aprender a quererme y todavía me queda. La vida es una chispa entre dos vacíos y por eso este es mi momento.

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