El equilibrio que espero, o quizás, que necesito, está muy alejado de las imposiciones externas que me asfixian. Habiéndome educado en un eje tan recto, salirme de la línea me supone grandes esfuerzos. No obstante, esto no es lo que quiero.
Me deprime ser consciente de que estoy sometida a infinidad de condicionamientos, que además, no hacen más que sembrar en mi la duda de hasta qué punto soy yo. Cada decisión que tomamos conforma nuestro propio ser. Pero no puedo dejar de plantearme cuánto de mi es forma y no sustancia.