No estoy aquí para demostrarte nada.

martes, 24 de octubre de 2017

Devil

Es muy difícil intentar escapar de tus demonios. La gente me intenta aconsejar, pero no entienden que es muy fácil decirlo desde el otro lado, desde lo alto del pozo. Ellos no entienden lo difícil que es estar aquí abajo, dentro de este pozo oscuro, donde no veo más que sombras pasar de un lado al otro.

Todos me dicen, es fácil, tú puedes y no paran de decirme una y otra vez las miles de formas para que me agarre a esa cuerda que me llevaría a lo alto, a la luz, fuera del pozo donde ellos se encuentran. No se dan cuenta de que llevo aquí mucho tiempo, de que no estoy hidratada ni bien nutrida, de que subir no es una opción fácil, que no es tan simple. Mis músculos no están entrenados más la sugestión de mi mente de haberlo intentado y caído. Mis manos están ensangrentadas, de las veces que se ha cortado al intentar subir. La gente me dice que es una excusa, pero no es así. Salir de aquí es difícil, es doloroso y aún así lo intento. A vece me doy por vencida y hay días que prefiero quedarme en el agujero, porque estoy cansada de fracasar, además de que me da miedo ver mis límites. Y una y otra vez veo esas sombras que se acercan y se alejan, que me obligan a hacerme daño. Cuando cojo una piedra afilada para cortar las sombras, las persigo y cuando he atrapado a una y la rajo, me encuentro a mi misma sentada en el pozo, con la piedra en las manos y las muñecas, los pies o el abdomen cortado.

Esa es la realidad que vivo, busco a mis demonios y veo que yo soy el demonio que más me hace daño. Así lucho, así intento salir. Lo conseguiré, ya llevo días sin cortarme, pero eso no significa que no piense en ello. Lo pienso a menudo, pero mi familia me sacó del foco de mi dolor y alejarme por un tiempo me ha hecho bien. Pero no es un bien permanente, tengo que aprender a atrapar mis demonios y así, en la caza me entrenaré y luego seré capaz de subir por esa cuerda sin que nadie me agarre las piernas.

viernes, 22 de septiembre de 2017

Decepcionada

Te enseñaron a caminar sin saber a dónde ir. Siempre te han intentado enseñar la misma lección que nunca has querido aprender. No aprendes que la gente sí que puede ser mala, no aprendes que la gente no dará por ti lo que tú estás dispuesta a dar, no aprendes que el amor no es fácil. No aprendes que luchar por una persona no sirve de nada. Se desgastó y no lo entiendes.

No importan tus intenciones sino lo que se ve. ¿Para quién intentabas ser perfecta? Llevo toda la vida luchando entre lo que quieren que sea y lo que quiero ser. Soy alguien que ama, que ama de forma incondicional. Soy alguien que admira a los demás. Soy alguien que ama el deporte, que le encanta bailar, que le gusta hacer cosas por los demás, que odia las injusticias, que no está a favor de la violencia. Soy alguien a quien le encanta caminar, alguien que no necesitaba lo material, soy alguien a quien han intentado imponer ideas. Soy alguien a quien abatieron. Me han hecho perderme, me he perdido en toda la gente que he querido. Siempre he sentido que me abandonan, no me gusta que la gente se vaya. Siempre deseo que me perdonen, porque yo tengo una gran capacidad de perdón. En ese sentido he buscado que hagan conmigo, lo que yo hago por ellos. Soy alguien feliz, que da buena vibra, soy mis defectos y mis virtudes. Soy imparable, soy impulsiva, soy cariñosa, soy fuerte, soy grande.

Me he pasado la vida intentando ser perfecta, intentando encajar. intentando que me quieran. Me dijeron que era demasiado perfeccionista y empecé a ser menos organizada. Me dijeron que solo sabía hablar de estudios y repartí mi tiempo. Me decían que mi forma arrolladora de ser les daba vergüenza e intenté ser menos llamativa. Cada vez que se iba alguien me culpaba, sentía que todo lo había hecho mal yo. Pedía perdón aunque a veces no supiera ni por qué. Me he descuidado mucho. Yo no soy la culpable de todo.

Soy muchas cosas buenas, aunque hayan conseguido que piense que solo soy mala. Hay poca gente que me valore de verdad. Me he dejado perder una y otra vez. Me he dejado dañar, me he dejado la piel por los demás. Los he puesto por delante, pensando que valen más que yo. Por intentar ser buena, por querer desenfrenadamente lo mejor para el resto, he descuidado a la persona más importante. Me he descuidado a mí. No soy la más Santa aquí, yo me equivoco. Pero nunca daño con intención. No soy ángel, pero tampoco soy la peor mierda del mundo.

Me ha costado 21 años aprender a quererme y todavía me queda. La vida es una chispa entre dos vacíos y por eso este es mi momento.