No estoy aquí para demostrarte nada.

lunes, 30 de marzo de 2020

Abismos.

Vivo en una espiral con fuerza centrípeta que me condena a la destrucción.

Estoy muy cansada de esta forma del dolor. Me apetece permanecer dormida, evadida de toda realidad. Busco razones y no las encuentro; ni si quiera la gente a la que quiero me resulta suficiente. Lo increíble es que ya estoy medicada, no obstante, sigo con estos sentimientos. ¿Por qué hay tanto vacío en mí? ¿Por qué no me encuentro? ¿Por qué no hay sentido? ¿Por qué tengo que vivir con esta carga? ¿Por qué tengo que ser fuerte? 

Me siento perdida. No me vale que me digan que tengo un objetivo, que es ser médico, porque realmente no sé si es mi objetivo o es lo que esperaban de mí. Yo sólo me encuentro suspendida en un mar de dudas y contradicciones. Espero que alguien me saque de aquí, de mi espiral; que me rescaten de este abismo. 

¿Cuántas veces tendré que pensar en escribir mi carta de despedida hasta que de verdad la haga? ¿Por qué me rondan esos pensamientos? 

Me siento sola. Da igual el número de gente con la que tenga posibilidades de hablar, sigo sintiéndome sola. Hoy no veo rasgos de felicidad en mí. 

Yo no era así, yo no soy así. ¿Dónde ha quedado el amor por la mínima cosa de la vida? No me reconozco, no me encuentro, no me siento, no me soy. 

No me apetece sonreír, no me apetece tener que fingir que estoy bien para contentar a los demás. Estoy cansada de hacer esfuerzos para mantenerme a flote y también ser una persona próspera. Solo quiero descansar; descansar de toda esta carga; descansar de mí. ¿De mi mente verbal? No lo sé.