No estoy aquí para demostrarte nada.

lunes, 8 de julio de 2013

ye

Una etapa en la que decidió gozar. En su cabeza solo aparecía la idea de bailar, tacones altos y los labios de rojo. Salir una noche más y otra y otra. Dejar el mundo en los pies y en el movimiento.  Ella quería disfrutar y solo le apetecía bailar, tanto en la pista como en la cama. No importaba la opinión de los demás, solo el propio placer. Ya se había cansado de los buenos modales, de tratar de aparentar. Las noches eran suyas y los días de sus cualidades.

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